Esta es la historia de Edgard David Rosero Tarapues, oriundo de la ciudad de Pasto, quien tras confusos hechos terminó en prisión después de abrir las puertas de su nuevo emprendimiento en la ciudad de Cali.
El señor Rosero Tarapues, como nariñense que se respete tiene un fuerte arraigo a sus costumbres. Ha desfilado con las comparsas del carnaval de blancos y negros, ha vendido carioca, conoce la receta de los helados de paila, come hornado de Bombona y respeta al volcán Galeras, entre muchas otras costumbres.
Así que quería que todos estos sentimientos que tiene por su tierra fueran también percibidos por el resto del país, por lo que decidió iniciar un emprendimiento en la sucursal del cielo.
Entrevistamos al nariñense en la URI donde nos explicó lo sucedido.
“La verdad todo se trata de un mal entendido, verás, yo me desplacé a esta bella ciudad con la idea de traerme un pedacito de Pasto y mostrarlo a estos caleños berriondos, pero pues los señores agentes no entendieron lo que yo hacía y dijeron que yo ejercía una actividad ilegal”
¿Pero como fueron las cosas?
“ Como quería iniciar un emprendimiento no sabía si iniciar un negocio de lapingachos o de quimbolitos, pero gracias a la virgen de las Lajas que me iluminó, se me ocurrió montar un asadero de cuyes”
¿Pero todo esto por vender cuy?
“Yo logré contactarme con una persona que me proveía de los «cuisitos», eran bien alimentaditos con puras hortalizas de allá de la plaza del potrerillo, también los trabajadores del negocio iban a usar de uniforme camisetas del deportivo Pasto, íbamos a servir el Cuy asado con crispetas, papas y ají de maní, bien rico verás, claro que el problema fue finalmente por el nombre del restaurante”
¿Un nombre de un restaurante lo puede poner en tantos problemas?
“Estábamos ubicados en la pasoancho con 65, es una zona residencial y comercial, estaba pensando muy seriamente en el nombre del restaurante, algo único, que mostrara lo que hacíamos y al mismo tiempo grandeza, por eso escogí como nombre «El Gran Curiadero» , y así lo registre ante cámara de comercio”
¿Y luego qué pasó?
“Ya cuando estábamos en funcionamiento yo le decía a la gente: bien pueda entre a nuestro curiadero y pruebe cosas exóticas. Aparentemente esto alarmó a los residentes del área en especial a un grupo de dulces ancianitas que terminaron llamando a los policías”
¿Qué le dijo la policía?
“Me preguntaban que si tenía los permisos para abrir ese tipo de negocio en una zona residencial, yo le dije que yo podía montar un curiadero donde me diera la gana y finalmente les grite ¡¡LARGO DE AQUÍ BAMBAROS!!, pero lastimosamente me entendieron por lo cual me trajeron a esta prisión”
En este momento El Gran Curiadero se encuentra cerrado, pero abrirá sus puertas apenas termine este mal entendido y recibirá a todos los curioso que deseen probar un pedacito de esta tierra del sur,¿se les antoja una curiadita?.
