En los últimos días se hizo viral un video bastante llamativo, tanto que grandes medios de comunicación (no por grandes significa buenos), personajes públicos e incluso políticos se volcaron a las redes para tratar de encontrar al niño protagonista de este video.
En la pieza audiovisual se puede ver a un menor de 11 años vendiendo dulces en la calle. Hasta ahí nada fuera de lo común para lo que es un país como Colombia, en donde esta escena fácilmente puede repetirse en cada semáforo, lo que llamó la atención fue la supuesta habilidad de este niño para solucionar operaciones matemáticas, dando el resultado a una bastante compleja, tanto que la persona que lo estaba entrevistando tuvo que usar calculadora para corroborar la respuesta que daba el menor.
A simple vista estábamos observando a un niño genio que no había tenido la suerte de explotar su conocimiento por falta de oportunidades y por esto salía diariamente a rebuscársela para ayudar en su casa vendiendo dulces. Esta premisa fue con la que muchos que vieron el video se quedaron, pues para la gran mayoría de personas que presenciaron esto el ver aquella escena les generó lástima y se volcaron a la solidaridad por querer ayudar al menor.
Desafortunadamente para muchos la decepción llegó al siguiente día cuando se confirmó que el tal niño genio no era más que un intento más por viralizar un contenido, así como abundan en redes. Todo era falso, el niño no era quien sostenía a su familia vendiendo dulces, el niño no era un genio de la matemática, pero algo que si tiene y queremos resaltar las habilidades histriónicas y de memoria para recitar lo que le pedían que dijera.
Desde hace unos años este tipo de contenidos ha desbordado las redes sociales, sobre todo Facebook e Instagram, dos productos de la casa matriz Meta, que sobreviven gracias a la publicidad que precisamente incrustan en este tipo de contenidos. Estos están realizados para que usted los vea por la mayor cantidad de tiempo posible para que salgan en ellos la mayor cantidad de anuncios posible y así tanto el creador del video como Facebook generen ganancias, así que si usted es uno de esos que cayó en este video o en algún otro similar y no quiere pasar nuevamente como una «Tía de Facebook», de esas que creen todo lo que ven en redes, le dejamos algunos tips para que pueda reconocer fácilmente cuando un video es real o cuando es uno actuado:
Ponga especial atención a los títulos
Cada que se cruce con un contenido con títulos similares a los títulos de periódicos amarillistas, sospeche:
«Mira lo que sucedió cuando llegó a la casa», «Mujer interesada recibe su merecido», «Dejó a su familia por una mujer de la calle», «No sabía lo que tenía hasta que se fue con otro»
Estos títulos, por absurdos que parezcan captan fácilmente la atención de las personas y terminan viendo y dando por real la escena dramatizada y normalmente exagerada de estas producciones.
Antes de opinar, pregúntese por el cámara
Algo muy curioso de estos contenidos es que generalmente retratan una situación lamentable y tratan de hacerla ver como algo espontáneo grabado por una cámara oculta, pero muchas veces la misma posición de la cámara y la interacción con el presentador hacen imposible que las demás personas no se percaten de la presencia de una cámara. Esto es quizá lo más increíble que puede lograr el lenguaje audiovisual, hacer pasar por una situación real algo que es evidentemente para muchos elaborado. Antes de opinar sobre el video que encontró en redes pregúntese si es que no vieron el camarógrafo grabando esto, si es que la cámara y el camarógrafo «son invisibles», si es que las personas que ve en el video son tan pendejas para no verlo. Esto pasa especialmente en los videos de bromas callejeras.
@alekseimemes #fyp #cameraman ♬ original sound – Алексей
Si la situación se está alargando, sospeche.
Como lo dije antes, Facebook sobrevive gracias a la publicidad y estos videos están especialmente diseñados para que usted consuma la mayor cantidad de publicidad posible mientras los ve, así que si usted se alcanza a dar cuenta que lo que pasa en el video es muy repetitivo, que le dan vueltas una y otra vez a la misma idea y que se tardan eternidades en resolver el problema que plantearon, téngalo por seguro que es un video falso.
Esto pasa mucho cuando el video es desde la perspectiva de una cámara de seguridad o desde un celular grabando la pantalla de un circuito cerrado de televisión mientras quienes graban narran lo que sucede o está por suceder en pantalla. Créame que seguro ha sido víctima de alguno de estos formatos.
Si el presentador o el «influencer» tiene mucho protagonismo en el video y hace muchos de estos, sospeche.
Algo curioso con este video del niño genio es que quien salió a desmentirlo fue un influencer conocido por hacer el tipo de videos de los que hablé en los párrafos anteriores y que él, sabiendo a lo que se dedica haya sido quien desmienta al niño genio genera cierta suspicacia. Basta con visitar sus redes para ver el tipo de contenido que tiene y las grandes cantidades de reproducciones que generan para dar fe de que estos formatos son exitosos gracias a la porn0 miseria. Le aplaudimos las ganas de crear, la constancia y la creatividad para inventar historias, en ocasiones absurdas, pero que conectan con el público al que se dirige, sin embargo nos preguntamos por la parte ética y la responsabilidad social que debería estar presente en contenidos con tan alto impacto.
Ya me aburrí escribiendo esto pero quería dejarlos con un no tan corto tutorial para que le pase a sus padres, a sus tíos y tías, a estas personas que lamentablemente y por causa del relevo generacional no les es tan fácil discernir qué es real y qué es falso en redes.
Un besito en el sin esquinas si llegaste hasta aquí.
