En un rincón del mundo donde miles desafían a la adversidad, aventurándose a cruzar el intrincado Tapón de Darién en Panamá en busca del anhelado sueño americano, surge una propuesta audaz. Una empresa alemana, Wandermut, desafía las expectativas al ofrecer un tour por la ruta migratoria considerada con razón como una de las más temerarias del planeta.
Imagina esto: desde las tierras del pueblo indígena Embera, en las profundidades de la provincia de Darién, hasta las orillas del imponente Pacífico, se despliega un viaje que despierta los sentidos y las emociones. Embarcaciones que navegan ríos sinuosos, aventuras por la densa selva que te sumergen en un laberinto verde de enredaderas y lianas, y senderos de caza que te llevan al límite. Una danza con la naturaleza, donde la sed puede acecharte y la intriga se entrelaza con cada paso incierto.
¡Ah, pero espera! Esto no es para los débiles de corazón. Solo los valientes que anhelan emociones extremas se aventuran en esta odisea. Y por el módico precio de unos 3643 euros (aproximadamente 4000 dólares), tendrás la entrada a un reino de desafíos que pondrán a prueba tus límites. En estas aguas caudalosas y pantanos inexplorados, te cruzarás con bestias salvajes y criaturas que pican con furia. La vida al aire libre en este rincón remoto de la civilización no es para los que buscan comodidades.
Pero hay una historia que no te cuentan, una verdad que yace en las sombras. Datos de Info Pa’lante, una organización colombiana, arrojan una sombra más oscura sobre esta travesía. Entre un 10 y 15 por ciento de aquellos que se aventuran en esta senda de incertidumbre sufren el horror de la violencia sexual. Un asalto que recae desproporcionadamente en mujeres y jóvenes indefensos, que arriesgan todo en busca de un nuevo comienzo.
Organizaciones criminales, señores del narcotráfico, el contrabando y la maquinaria paramilitar, acechan en las sombras.
Y no solo eso. Como si fueras uno de los valientes migrantes, los intrépidos turistas que se adentran en este extravagante tour enfrentan una amenaza latente. Organizaciones criminales, señores del narcotráfico, el contrabando y la maquinaria paramilitar, acechan en las sombras. Aquí, los migrantes son presa de sus garras voraces, despojados de sus posesiones y de su esperanza por los oscuros amos del territorio.
Pero Wandermut afirma tener un guía, un maestro de la selva con más de dos décadas de experiencia en esta jungla indomable. Además, presumen de contar con herramientas para atender heridas menores y tecnología de punta: sistemas GPS de alta tecnología y comunicación satelital para enviar un llamado de auxilio, cuando el abismo amenaza con devorarte. Sin embargo, en medio de todas estas medidas cautelares y años de saber hacer, una verdad indiscutible se mantiene: en esta tierra de incertidumbre, ninguna garantía de seguridad es absoluta.
