La diseñadora barranquillera Geraldine Fernández ha soltado el micrófono y admitido que su incursión en el mundo del cine animado fue más ficticia que un unicornio en el Amazonas. En un comunicado que parece más confesión que declaración, admitió que todo este embrollo fue resultado de un «mal ejercicio», lo cual seguramente es un eufemismo para «metí la pata hasta el fondo». Su abogada, cual guerrera samurái, amenaza con emprender acciones legales contra empresas que se atrevieron a jugar con la imagen de la diseñadora.
Resulta que esta creativa barranquillera, de apenas 30 años, aseguró haber dibujado la friolera de 25,000 fotogramas para la película ‘El Niño y La Garza’. En su desfile de disculpas, Geraldine admitió que todo fue un «mal ejercicio» de su imaginación, inflado por su pasión por la ilustración y el deseo de figurar en círculos cerrados. ¡Imagínense su sorpresa cuando su pequeña mentira se volvió viral y la colocó en el epicentro de la tormenta mediática!
A pesar de reconocer su galimatías, la diseñadora apunta sus lápices hacia los medios que compraron su cuento de hadas sin verificar. «Mi experiencia sería menos dramática si los medios, esos magos de la información, hubieran usado un poco más de rigor en verificar las fuentes. Pero no, me vi envuelta en esta ola de chismes como una sirena en una taza de té», lamenta Fernández.
#Noticia | Geraldine Fernández confirma que NO participó en la película ‘El niño y la garza’. “Nunca existió participación en la ilustración y diseño”, asegura. Además, pide disculpas por todo lo ocurrido. pic.twitter.com/Ml8YjYdZOn
— Vanessa De La Torre (@vanedelatorre) January 18, 2024
En su carta de disculpas, Geraldine ruega por el perdón y agradece el apoyo de internautas, jefes, amigos y familiares. Confiesa que preferiría haberse vuelto viral por algo real, como un gato tocando el piano, pero la realidad es que su historia se desinfló más rápido que un globo pinchado.
Reflexionando sobre su travesía por el ojo del huracán mediático, Fernández promete dejar atrás las polémicas y centrarse en su carrera con lealtad, sencillez, humildad, bondad y amor por su profesión. ¡Parece que su nueva obra será un diseño sin tanto drama, con un toque de comedia gráfica!
En una nota menos animada, la abogada de Geraldine Fernández, cual guardiana de la justicia, anuncia que están considerando demandar a empresas que jugaron con la imagen de su cliente sin su permiso. Parece que la película sigue, ¡pero esta vez es un thriller legal!
En resumen, Geraldine Fernández ha pasado de ilustrar fotogramas a escribir disculpas. La película de su vida, aunque no tenga créditos en Studio Ghibli, sigue siendo un drama sorprendente. ¡El arte de las disculpas nunca había sido tan animado y real a la vez!
