Breiner Stiven Ochoa, un joven de pocas oportunidades en el ámbito del apareamiento encontró una solución a su predicamento en la notaría de su pueblo.
La idea
Al parecer todo esto fue inspirado después de enterarse en redes sociales que la cónsul de Colombia en Estados Unidos Claudia Bustamante certificara sus conocimiento en el habla inglesa en una registraduría, saltándose los pasos usuales como presentar el examen TOEFL.
Viendo esta brecha del sistema o como dice Breiner, este lifehack, decidió que era momento de sacarle provecho y salir de una vez por todas de la abundancia de escasez de polvos.
Odisea notarial
El lujurioso joven se acercó lo más pronto posible a la notaría más cercana pero aún no contaba con los $13600 pesos Colombianos que costaba gestionar el precioso documento, pero él estaba decidido, así que se puso un chaleco reflectivo, agarro un pañuelo rojo y empezó a cuidar carros durante unas horas hasta conseguir la suma de dinero mencionada.
Pero ahí no terminaba todo, después de contar las monedas en caja le preguntaron “¿Y el documento?” a lo cual con cara de extrañeza fue contestando que no sabia de que le hablaban, entonces entendió que debía tener por escrito lo que quería certificar. Salió y consiguió unas cuantas hojas de papel, se sentó en la cafetería de enfrente a escribir no tanto sus atributos reales sino más bien los más añorados por el lascivo personaje.
Logrando el certificado
Le sobran adjetivos para describirse en el extenso documento de 10 páginas escritas con su puño y letra, debido a la longitud del mismo no lo publicaremos acá pero mencionare algunos de los adjetivos o frases usados en la declaración:
- Rompedor de catres
- Buen polvo
- Guadua de reten
- Partir Panela
- Juro que buen polvo
- 32cm
- Anaconda
- Proporciones bíblicas
- Empuja bueno
- Aguante
- Guayarola
- Del Whastapp
Y así se extiende el documento incluso hablando de sus “proezas” que solo existen en su mente.
De todas maneras pudo certificar esto ante la notaría y recibió el documento cuál boleto dorado de Charlie y la fábrica de chocolates mientras se le hacía agua la boca al calenturiento colombiano.
El resultado
Breiner Stiven afirma ahora que es la sensación del barrio, que las mujeres lo persiguen y necesita agenda para atenderlas, que hacen cola a la entrada de la casa, a lo que preguntamos «¿Por qué en este momento no hay nadie afuera?», trago un poco de saliva y dijo que por hoy las «Breinerbelievers» ya se habían ido pero que si quería nos podía dar un certificado de lo que decía en un par de días.
¿A ustedes que les gustaría certificarse?
