Si eres un asiduo navegante de las redes sociales, seguramente te topaste con una noticia que dejó a toda la galaxia digital con un sentimiento más amargo que un limón: el entrañable perrito Cheems nos ha dejado a los 12 años.
A través de los intrincados pasillos virtuales por los que correteaba nuestro peludo amigo, sus dueños compartieron la triste noticia en la noche del viernes, aunque la onda de choque del suspiro colectivo llegó hasta el sábado por la mañana para todos nosotros, los nocturnos y los que desayunamos tarde en Latinoamérica.
¡Siempre te recordaremos Cheems!
El telón se bajó para Balltze, conocido en el mundo real como Cheems, una mañana soleada del 18 de agosto. Sin embargo, sus cuidadores instaron a la comunidad a recordarle con una sonrisa, ya que, ¿cómo olvidar a ese Shiba-Inu con su carita redonda que nos robó más risas de las que un comediante desearía en su vida entera?
«No dejes que la tristeza se cuelgue en tus neuronas. Más bien, enreda tus pensamientos con las travesuras y ocurrencias que Balltze desencadenó. Un auténtico embajador virtual, el Shiba-Inu que nos unió en risas y desafíos. Nos levantó el ánimo en esos días de pandemia en los que el ánimo estaba más escondido que las llaves del abuelo. Pero ahora, su misión ha llegado a su punto y aparte. Imagino que en el cielo de los peluditos, está deleitándose con manjares de todo tipo en compañía de sus nuevos amigos de cuatro patas», recalcaron con un guiño cósmico.
Su carita será recordada para la eternidad
La epopeya médica de Cheems comenzó en mayo de 2022, cuando sus humanos compartieron que el canino presentaba complicaciones estomacales que le provocaban escalofriantes episodios de vómitos y diarreas. Eso ameritó una visita a la clínica veterinaria, donde los galenos del mundo perruno hicieron sus mejores diagnósticos.
Con el paso de las semanas, la cosa mejoró notablemente, pero un mes después la noticia cayó como rayo en día soleado: se detectó un melanoma en una de sus patitas delanteras. Por suerte, el malvado intruso fue desalojado con éxito.
El capítulo de los problemas de salud siguió su curso en enero de este año, cuando Cheems comenzó a toser más que marihuanero ahogado y a hacer más ruido que un motor en mal estado. Pero no fue hasta abril que los expertos veterinarios se aventuraron a anunciar un asunto cardíaco que daba vueltas por ahí, como el niño que se esconde en la fiesta de cumpleaños.
Para Mayo, la trama se volvió más densa que un pastel de chocolate triple. Tres tumores malignos decidieron montar una fiesta en los pulmones y la pared torácica de Cheems. Como si fuera una broma cósmica, el flujo de líquido en esa zona aumentaba más rápido que los seguidores de un gato haciendo acrobacias en TikTok, lo que requería drenajes a diario.
Los memes son para siempre, los orígenes, no tanto
A pesar de las idas y venidas en su travesía médica, los cuidadores de este canino de las risas destacaron que Cheems siempre mantuvo la pata arriba y la lengua afuera, irradiando más energía positiva que una pila alcalina en pleno rendimiento. Hasta que, lamentablemente, la función llegó a su último acto el pasado 18 de agosto.
«Se entregó a los brazos del sueño el viernes por la mañana mientras estaba bajo el hechizo de su última cirugía de toracentesis. Inicialmente, planeábamos abrir la puerta a opciones de quimioterapia y otros tratamientos caninos de alta tecnología después de esta operación, pero el reloj cósmico ya había marcado la hora. Demasiado tarde para el último truco de la manga», comunicaron en la publicación donde desvelaron el triste capítulo final.
